El idioma inglés se emplea cada día con más frecuencia en
casi todas las áreas del conocimiento y desarrollo de las personas. Puede
afirmarse con certeza que se trata de la lengua del mundo actual y es en la era
de la globalización, la gran lengua internacional que ha repercutido en todos
los países no-anglosajones y que afecta directa o indirectamente los diversos
campos y profesiones del mundo. Aproximadamente el 80% de la información
electrónica está en inglés y el mismo porcentaje de los cientos de millones de
usuarios en el mundo se comunican en éste idioma.
La posesión del idioma inglés no se trata más de un lujo,
sino que es una necesidad evidente y quien no domine esa lengua estará
indudablemente en una clara situación de desventaja. Dentro del mundo
globalizado actual, el inglés es la herramienta que permite la comunicación con
personas de otros países ya que se ha convertido en el idioma global de
comunicación por excelencia y es uno de los de mayor uso en el mundo.
Es idioma oficial, o tiene un status especial, en unos 75
territorios a nivel global; más de 400 millones de personas lo usan como
primera o segunda lengua; y estimaciones del British Council apuntan que para los proximos años unos 2000 millones de personas lo estarán aprendiendo. Estos datos reflejan
que en menos de una década, más de 3000 millones de personas lo estarán
hablando: casi la mitad de la población total del mundo.
Con el dominio del inglés se garantizan más posibilidades de
obtener éxito en el mercado laboral y esto es sumamente relevante para los
inmigrantes que buscan oportunidades en países anglosajones.
Estimaciones recientes sugieren que unos 402 millones de
personas lo hablan como su primer idioma, así como es utilizado en la
actualidad por más de 1.000 millones de hablantes no nativos. Y este número
seguirá creciendo al menos hasta 2015, año en el que, por otra parte, unos
2.000 millones de personas en el mundo lo podrían estar aprendiendo, según
concluye un reciente informe del British Council. De cualquier manera, dentro
de poco más de una década lo hablarán tres mil millones de personas, es decir,
la mitad de la humanidad. Las consecuencias del avance de esta marea
lingüística son inconmensurables. Dentro de pocas generaciones y por primera
vez en la historia del “homo sapiens”, la mayor parte de nuestra especie será
capaz de comunicarse en una sola lengua.
Se trata del mayor golpe a la civilización, a nivel mundial,
durante el último cuarto de siglo. En casi todas las partes del mundo la
mayoría habla al menos un poco de inglés, de modo que en casi todos lados,
quien lo conozca, podría "sobrevivir”. Esta expansión supone un verdadero
terremoto en la historia del ser humano, uno de los hechos más importantes que
le han ocurrido a la humanidad desde el nacimiento del lenguaje. Ninguna lengua
antes había alcanzado la universalidad, ni había llegado tan lejos ni tan
rápido. Es la primera vez en la Historia que resulta posible señalar una lengua
como la predominante.
Por consenso mundial, el inglés ha sido elegido como el idioma
de la comunicación internacional. Es, “de facto”, la lengua de la diplomacia,
en un mundo “global” en el que las relaciones entre países son cada vez de
mayor importancia. Su conocimiento es requisito obligatorio para trabajar en
las instituciones supra gubernamentales.
Hoy en día, cualquier investigador o profesional que quiera
estar al día o acceder a libros especializados necesita irremediablemente saber
inglés para estar informado de los rápidos avances que están teniendo lugar en
su área de conocimiento. Y ello es así porque el 75% de la bibliografía
científica está en inglés. Este hecho también abarca a otros contenidos
proporcionados por los distintos medios informativos existentes (televisión,
radio, periódicos, vídeos, películas…).
Por otro lado, dado el rápido avance de la tecnología en
todos los campos, llegan constantemente a las empresas nuevos equipos, aparatos
e instrumentos cuyas instrucciones –ya sea de montaje, uso funcionamiento,
mantenimiento y limpieza- suelen venir mayormente en inglés. El conocimiento de
la lengua de Shakespeare en estos casos es muy útil y rentable.
El inglés es la lengua de las telecomunicaciones (con el 80%
de la información almacenada electrónicamente). Del total estimado de 40
millones de usuarios de Internet, un 80% se comunica actualmente en este
idioma. La mayoría de los sitios se encuentran editados en inglés. Además, el
porcentaje de usuarios de la red que no son hablantes nativos del inglés está
incrementándose rápidamente, especialmente en Asia.
Por otra parte, prácticamente todos los centros, del tipo que
sea, disponen de ordenadores para facilitar el trabajo, y cualquier persona
acostumbrada a manejarlos sabe que, aunque muchos de los programas informáticos
están ya traducidos al castellano, es frecuente encontrarse en situaciones
donde es necesario saber inglés para poder comprender el lenguaje interactivo
del ordenador.
Igualmente es indispensable conocer el inglés cuando se
viaja o se sale de vacaciones al extranjero: para ir de compras, para tomar un
medio de transporte sin perderse, para pedir la cuenta en un restaurante, para
entrar en contacto con la gente y su cultura de modo amplio... No importa a qué
lugar se vaya, si se habla inglés se tienen muchas probabilidades de encontrar
a otra persona que también lo hable, algo que podría sacar de apuros en más de
una ocasión. También es un valor añadido para el sector turístico español
(hostelería, atracciones, etc.), dada la gran cantidad de clientes extranjeros
que acuden a las más diversas zonas geográficas de nuestro país.
En el terreno de los estudios, el idioma ingles es una herramienta clave para
el triunfo académico, especialmente en ciertas carreras profesionales en las
que es requisito exigible para la obtención del título. Es, con diferencia, el
idioma más enseñado en los centros educativos de toda Europa, alcanzando al 46%
de los estudiantes en primaria y al 91% de secundaria. En España, sin embargo,
a pesar de ser el idioma extranjero predominante, sólo alcanza un porcentaje
del 36%. Son unos datos que nos colocan en una situación de clara desventaja
con respecto a países como Dinamarca, Holanda o Suecia donde un 80% de la
población habla la lengua inglesa con fluidez.