
El inglés se estudia con mayor frecuencia en la Unión
Europea, y la percepción de la utilidad de las lenguas extranjeras entre los
europeos es del 67% a favor del inglés por delante del 17% para el alemán y el
16% para el francés (a partir de 2012). Entre algunos de los países de habla no
inglesa de la UE, los siguientes porcentajes de la población adulta afirmaban
ser capaces de conversar en inglés en 2012: el 90% en los Países Bajos, el 89% en Malta, el 86% en Suecia y Dinamarca, el 73% en Chipre y Austria, el 70%
en Finlandia, y más del 50% en Grecia, Luxemburgo, Eslovenia y Alemania. En
2012, con exclusión de los hablantes nativos, el 38% de los europeos considera
que pueden hablar inglés, pero sólo el
3% de los japoneses.
Libros, revistas y periódicos escritos en inglés están
disponibles en muchos países de todo el mundo, y el inglés es el idioma más
utilizado en las ciencias con el Science Citation Index informando que ya en
1997 el 95% de sus artículos fueron escritos en inglés, a pesar de que sólo la
mitad de ellos procedía de autores de los países de habla inglesa.
La literatura en inglés predomina considerablemente con el
28% de todos los volúmenes publicados en el mundo y el 30% del contenido de la
web. Este creciente uso del idioma inglés a nivel mundial ha
tenido un gran impacto en muchos otros idiomas, lo que lleva a la sustitución
de una lengua e incluso muerte de las lenguas, y para las reclamaciones de
imperialismo lingüístico. El inglés se ha convertido en más abiertos al cambio
de lengua como múltiples variedades regionales retroalimentan a la lengua en su
conjunto.